julio 13, 2012


EL MUERTO


Tomó el diario. Leyó: “El señor N-N descansó en la paz del Señor”. Se tomó el pulso. Nada. Se palpó el pecho. Estaba frío. Sintió una absoluta indiferencia. Tiró el diario y volvió a meterse en la cama, más, pero muchísimo más indiferente que nunca.


 Referencias bibliográficas

VIDALES, Luis (2004). Suenan timbres. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia.

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